LAS REGLAS DE JUEGO PARA LA SIGNIFICACION EN LAS
IMAGENES (Continuación)
En este
número seguimos nuestra investigación
sobre los códigos visuales contenidos en las señales de tráfico. El paso a
seguir hoy es referirse a los colores escogidos para las
señales.
Aquí podríamos caer en la tentación de acudir a los
ensayos pseudocientíficos sobre el género que atribuyen a cada color un
mensaje inequívoco. Hay tratados de gramática visual como los de
Kandinsky, en los que se proponen místicas teorías copiadas casi
literalmente de Henry y de Scriabin, que se descalifican a sí mismas al
olvidar que los códigos de significación de los colores varían enormemente
de una a otra cultura (baste recordar, por ejemplo, que el luto se
representa en Japón con el color blanco, que el amarillo es indicio de
mala suerte para el mundillo del teatro en Occidente mientras que
lo Sin embargo, no es posible ignorar que existen
significados de origen biológico, como nos demuestra la etología, para
colores concretos: todo el comportamiento social de algunos peces
tropicales de Asia o de aves marinas como la fragata descansa en la
interpretación de patrones de color muy determinados en la identificación
de su pareja. Que ello depende de la inscripción de engramas innatos en su
comportamientoy no de convenciones culturales es algo demostrado hace
tiempo por gente Pero, primero, repasemos la utilización de los colores en las señales de tráfico: aquí falta por entero la división por campos de significado, como hemos visto que ocurría con las formas. Se utiliza el color rojo tanto en mandatos u obligaciones (semáforo) como en advertencia de peligro (luces traseras de frenada). El amarillo se emplea lo mismo para informar de la realización de una maniobra (color de los intermitentes en los vehículos) como sobre la localización de un peligro (balizas o semáforos intermitentes) o como mandato de detención (semáforo fijo, previo al rojo). El azul es utilizado tanto para mensajes de obligación como para informativos: Hay aqui, por tanto, una gravísima situación de polisemia o duplicidad de significados que en nada favorece a la ocurrencia o cualidad de diferenciación ni, por tanto, a la pregnancia o capacidad del mensaje para ser memorizado. ¡Suspenso seguro en Pedagogía! El desorden y la falta de sistematización son evidentes. De modo que, al parecer, los colores se han ido utilizando a medida que se iban necesitando. Lo único cierto es que se emplean colores vivos, definidos. Nada de fucsia o salmón. Nada de rosa o tabaco. En lo que sí es estricto el Código de la Circulación es en la definición técnica de los colores: para muestra, véase cómo determina el color de las luces amarillas: Límite hacia el rojo: >0.398 A (verificado con fuente luminosa de 2845º Kelvin) Como se ve, nada poético, pero muy concreto y eficaz. El
criterio (inconsciente) ha debido de ser, sin duda, el mismo que ha
utilizado la Naturaleza cuando necesita que un ser vivo se sienta atraído
hacia algún estímulo con la suficiente fuerza: el color que proporcione el
mayor contraste posible con el medio. De hecho, en las señales de tráfico
se emplean los colores combinados de manera que se produzca un gran
contraste: rojo y blanco...azul y blanco... Curiosamente no se utiliza el
mayor contraste posible según la Teoría de los Colores; ésto es: rojo y
verde, con lo que parece demostrarse que los expertos en
Sólo hay algo que parece evidenciar una cierta jerarquía de los colores: lo encontramos en los semáforos. Sabemos que el mensaje de cada uno de los colores de esta
señal no tiene la misma naturaleza semiológica: mientras que el rojo
ordena la detención absoluta y el marillo lo mismo pero con ciertas
condiciones, el verde sólo informa de que "se puede" pasar. Está claro
que, mientras para los dos mensajes citados en primer lugar (obligatorios)
se reservan los dos colores más brillantes y enérgicos (rojo y amarillo,
con probables connotaciones respecto al fuego y a la sangre) el tercer
mensaje (informativo) se realiza con un color frecuente en la naturaleza
-el verde- de menor contenido en connotaciones Antes de terminar con los semáforos debo referirme a un
curioso fenómeno que se da en la señalización y que pasa desapercibido a
la mayor parte de los conductores: es la existencia de un código reservado
para determinados usuarios -los conductores de autobuses municipales- que
se materializa en unos semáforos especiales en los que la posición de una
barra iluminada (vertical = pasar; horizontal = detenerse) constituye el
soporte de la información. Este tipo de señales no estaba descripto en el
Código de la Circulación (lo está ahora en el nuevo Reglamento) y lo
notable de ello es que daba lugar a un Otro tratamiento peculiar del semáforo se da en las señales para invidentes: Se trata de una señal acústica de media-alta frecuencia producida por un emisor situado sobre el semáforo normal. Podemos verlo (mejor dicho: oirlo) en los cruces de las calles cercanos a las sedes de la O.N.C.E. Sería éste un ejemplo de cómo un significante nuevo (la señal sonora) comparte el significado con el antiguo significante (la señal visual). Todos estos códigos particulares son comunicados a sus destinatarios de manera exclusiva; algo así como si un profesor hablase en una lengua que sólo entiende una parte de sus alumnos. En mi opinión es un discutible método didáctico que pretendo analizar en un próximo trabajo con más profundidad. Francisco Mercader Clot BBS |