Casi Nada - Revista en el WWW - Indice num. 8 - Indice General temático - Kiosko (todos los números) 
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LAS REGLAS DE JUEGO EN LA SIGNIFICACION DE LAS IMAGENES (Ultima parte)

Continuamos en este número nuestra investigación sobre los códigos visuales contenidos en las señales de tráfico.



 
 
Llegamos hoy a las señales de estacionamiento para encontrar un elemento gráfico que no habíamos visto hasta ahora: En un primer análisis formal dividimos la señal-sema en sus elementos (sememas); primero reconocemos la orla circular propia de los signos de prohibición o restricción acompañada de este elemento nuevo: una banda inclinada que cruza la placa de parte a parte; su significado es simplemente: "NO" y complementa el significado preceptivo de la orla circular. A primera vista, no reconocemos en esa banda ningún elemento que recuerde gráficamente al referente "NO"; por tanto, estamos en presencia de un símbolo. Sin embargo, esta misteriosa banda inclinada, que volveremos a ver en otras señales, merece un análisis más profundo. 

La Cinésica, rama de la Semiótica que estudia los signos basados en la gestualidad del movimiento, nos da una primera pista para la interpretación de esta barra inclinada. 

Parece que en todas las culturas, los gestos que expresan sentimientos o deseos tienen una semejanza, ritualizada o no, con el movimiento correspondiente al hecho real. Por ejemplo, el gesto de hambre se reconoce cuando alguien junta las yemas de los dedos y los mueve cerca de la boca entreabierta: está reproduciendo el gesto de llevarse alimento a la boca, sólo que con la mano vacía. De la misma manera un sentimiento de rechazo vendría expresado por un movimiento de la mano abierta que pretende apartar el objeto que nos incomoda. Cualquier profesora de parvulario sabe que este tipo de gestos elementales no necesitan de largo aprendizaje para ser aprendidos. 

Si deseamos aumentar más aún el gesto de rechazo; es decir: llegar a la anulación o la supresión del objeto o suceso que deseamos que desaparezca sólo tendríamos que observar lo que hace un matemático con los miembros de una igualdad que desea anular: 

Seguramente ese matemático ignora que está ritualizando con su trazo un movimiento puro y simple de agresión: está utilizando un gesto de manejo de espada o de maza que, aplicado encima de un elemento, lo destruye; lo hace, sencillamente, desaparecer. Así, todo elemento matemático que, en la pizarra, ostenta sobre sí un trazo inclinado no debe ser tenido en cuenta; no existe; ha sido anulado. 

El proceso siguiente ya es muy simple: el gesto de agresión de convencionaliza (se ritualiza, diría un etólogo) y todo objeto gráfico que se desee anular se acompaña, simplemente, de una barra inclinada. 

La demostración de que este proceso de ritualización está incorporado al inconsciente colectivo antes, incluso, de que se institucionalizase en cualquier código gráfico se aclara con los siguientes ejemplos: 

Un curioso fenómeno en el que se adapta la formulación de un código para otro distinto sin que se necesite una convención explícita se da en esta señal de "Prohibido fumar" que adopta, sin necesidad de explicación previa para su comprensión, los sememas extraídos de otro contexto; la orla y la banda inclinada que, tácitamente, adoptan un significado extensivo para cualquier signo que se hubiese colocado en su interior. 

Todo lo anterior sólo tiene un objeto: demostrar que la banda inclinada que, a primera vista, hubiese podido parecer un símbolo puro, un acuerdo convencional, es, sin embargo, un signo cinésico: su referente es el trazo dejado por el movimiento de tachar. 

LA REDUNDANCIA. 

La Redundancia no se considera apenas en Semiótica porque pertenece, más bien, a la Teoría de la Información. Los enseñantes han utilizado siempre este recurso didáctico procurando que la información llegue al alumno por todos los canales posibles: Cuando se cita un dato verbalmente es conveniente escribirlo también en la pizarra y todavía mejor si se dicta para que el alumno se vea obligado a escribirlo. Así. este dato ha llegado al receptor por tres canales simultáneamente: el canal auditivo, el visual y el propioceptivo, en el momento de escribirlo. 

También en la señalización para vehículos se utiliza la redundancia con profusión para aprovechar sus propiedades de optimizar el mensaje por el procedimiento de aumentar la fiabilidad de llegada del dato a comunicar, duplicando e incluso multiplicando el mensaje por el mismo o distinto canal: el primer ejemplo lo tenemos en la señalización horizontal que marca, no ya las prohibiciones u obligaciones, sino los límites de la vía. 

Está claro, examinando la ilustración, que un conductor normal puede apreciar con facilidad los límites laterales de la vía por la que circula; hay una diferencia de textura, de color y una alineación de los márgenes que mantienen la circulación de los vehículos dentro del espacio delimitado por los bordes visibles de la calzada; sin embargo, en determinadas condiciones de baja visibilidad por la hora del día o por los agentes atmosféricos, esas diferencias de textura o color pueden verse amortiguadas en la percepción. Cabe, por tanto, duplicar por vía visual la información referida al lugar fuera del cual no es posible (o es peligrosa) la circulación. Incluso en buenas condiciones de visibilidad, si optimizamos el estímulo llegando a lo que los investigadores de la conducta llaman "estímulo supranormal" remarcando los bordes de la vía con pintura muy visible, disminuirá el porcentaje de atención necesaria para resolver esa parte de la conducción, reservándola para otra operaciones, aumentando con esa redundancia, el nivel de seguridad. 

EL RUIDO 

El ruido es, en Teoría de la Información, siempre un factor de distorsión que disminuye la fiabilidad de la transmisión. Es claro que, cuando se pretende hacer llegar un mensaje sobre seguridad en la circulación tanto como en educación artística o en cualquier otro tipo de formación, sea vital que llegue en las mejores condiciones. 

Se produce ruido informativo cuando, por ejemplo, se acumulan las señales de tráfico ante los ojos del conductor; no se deja entre una y otra al intervalo (en espacio) para que el proceso de la percepción se complete (en tiempo) antes de poder pasar a asimilar el mensaje de la siguiente señal; se produce ruido informativo cuando se hacen coincidir elementos como una curva conflictiva (que requiere atención suplementaria) con una valla publicitaria (que puede absorber cierto nivel de esa atención necesaria). De la misma manera un profesor debería atemperar la velocidad de su explicación al nivel de dificultad del elemento que esté enseñando ya que cada concepto nuevo necesita un proceso de asimilación para quedar asentado antes de poder pasar al concepto siguiente. 

Antes de terminar es preciso referirse a ese caso curioso en que un elemento de un código escrito -el signo de exclamación (!)- cambia su primitiva función que es la de acompañar a una palabra o frase para transmitirle su carácter y pasa a representar por sí mismo ese carácter convirtiéndose en un elemento gráfico autónomo. Me refiero a la señal de "peligro indefinido". Creo que es, en Lingüística, el único caso en el que la metonimia se aplica, no a una palabra, sino a un signo de puntuación. 

El proceso que ha llevado a este caso se puede rastrear perfectamente estudiando la historia del Comic. El uso frecuente de exclamaciones y onomatopeyas llevó en poco tiempo a la conversión de éstas en elementos gráficos, mediante la catacresis; por un proceso de simplificación y elipsis se llegó posteriormente a la adscripción de nuevos significados a los signos de puntuación; fue necesario poco tiempo para que el hecho se incorporase al inconsciente colectivo y hasta un estamento poco dinámico como la Dirección General de Tráfico adoptó la nueva forma como representativa. 

De todos los datos recopilados en este trabajo se deduce de manera diáfana una conclusión: No se han empleado para el diseño de las señales aquí estudiadas ni uno sólo de los recursos que la Señalética ha desarrollado en los últimos treinta años. Parecen haberse empleado, por el contrario, sólo criterios intuitivos, carentes del menor rigor científico. No de otra forma se puede explicar la heterogeneidad de las señales que, antes y después de los acuerdos de Ginebra se han ido adoptando en los diversos países. Se han aplicado, incluso, criterios absolutamente distantes sobre la iconicidad de los mensajes: véanse, por ejemplo, las maneras diversas en que Japón y Europa prohíben el adelantamiento: 

Del estudio de estos dos métodos gráficos se evidencia una diferencia notable: la señal de Japón presenta una iconicidad directa ya que las flechas representan no solo los vehículos sino también el tipo de actividad o movimiento que realizan; Su comprensión no requiere conocer la convención previa. Sin embargo, la señal de europea exige la comprensión de varios niveles superpuestos de código: obliga a detectar cuál de los dos vehículos representados está a la izquierda; cuál está representado en rojo; y, lo más importante: exige imaginar o aprender previamente a qué maniobra se refiere, ya que no está descrita como en la placa de la izquierda. 

Véase, también cómo en Estados Unidos se apuesta decididamente por el mensaje escrito directamente en el ejemplo de la señal de Cruce: 

En este caso, vemos que la señal de E.E.U.U. es prácticamente ininteligible para un visitante foráneo ya que exige necesariamente la comprensión del idioma local; 

Por otra parte, la señal de Europa, además de llegar a un mayor número de usuarios -incluyendo los que no conozcan el idioma propio del país- aporta mayor información ya que, además de la existencia de un cruce, avisa de cuál de las dos vías es la preferente, por el simple método de dibujar más gruesa una de ellas en el diagrama interior de la señal. 

Recopilados los datos, resta, por una parte, el estudio exhaustivo de las contradicciones y ambigüedades encontradas en el sistema actual y que repercuten en la eficaz comprensión del mensaje y, por otra, la exposición de las mejoras y reformas que podrían sugerirse empleando los principios de la Señalética y sin descuidar la utilización del análisis y los métodos empleados en la Pedagogía -contrastados por generaciones de enseñantes- y enriquecidos por las aportaciones de disciplinas como la Psicología, la Biología, y la Sociología. 

Pero esto será materia de un próximo estudio. 

Francisco Mercader 

BBS Clot 


BIBLIOGRAFIA CONSULTADA PARA ESTE TRABAJO 

Cirlot, J.E., Diccionario de Símbolos, Labor, 1985 

Eco, Umberto, La estructura Ausente, Lúmen, 1977 

Eco, Umberto, Tratado de Semiótica General, Lúmen, 1974 

Escarpit, Robert, Teoría General de la Comunicación y la Información, Icaria, 1976. 

Gubern, Román, La Mirada Opulenta, Gustavo Gili, 1987 

Knapp, Mark L.,La comunicación no verbal, Paidós, 1982. 

Lorenz, Konrad, La Otra Cara del Espejo, Plaza & Janés, 1974 

Peirce, Ch. S., La Ciencia de la Semiótica, Nueva Visión, 1974 

Rock, Irvin, La Percepción, Labor, 1985 

 


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