LAS REGLAS DE JUEGO PARA LA SIGNIFICACION EN LAS
IMAGENES
INVESTIGACIÓN SOBRE PERCEPCIÓN DE DETERMINADAS FORMAS VISUALES.
Siendo, desde hace tiempo, una de mis preocupaciones determinar la correlación entre cualquier lenguaje visual propuesto y su correcta percepción por los destinatarios y, dándose el caso de que mi actividad profesional consiste precísamente en elaborar concretos mensajes visuales y comprobar la eficacia en la llegada a su destino, he encontrado en la asignatura de Pedagogía del Arte y en las líneas de trabajo que nos muestra, algunos elementos que utilizaré en el estudio que aquí se propone.
Mi actividad es principalmente la de examinar a los aspirantes al permiso de conducir. En ciertos periodos del año estoy también encargado del examen de la señalización vial, del estudio de su adecuación y, en su caso, de su actualización. Estos dos aspectos de mi trabajo están íntimamente relacionados entre sí ya que los criterios de calificación de las pruebas de examen se elaboran en función de la mayor o menor inteligibilidad de las normas y señales.
El presente trabajo, pensado en un principio como un sencillo estudio de la adecuación del mensaje de las señales y del proceso de su aprendizaje abre, ante mi sorpresa, un apasionante campo de investigación en el aspecto semiológico que me propongo ampliar, en un futuro inmediato, como tema para una tesis doctoral. Este pequeño estudio que aquí se propone es una etapa previa de esa tesis y, a mi juicio, entra dentro de las líneas de la asignatura de Pedagogía ya que la mayor preocupación, tanto de un enseñante como de un creador visual debe ser el control sobre la eficacia de su mensaje.
LAS REGLAS DE JUEGO PARA LA SIGNIFICACIÓN EN LAS IMAGENES
ÍNDICE
--Introducción
Para acotar en lo posible el campo de estudio, he resuelto tomar un caso concreto (las señales de tráfico) y examinarlo desde el punto de vista semiótico intentando averiguar qué grado de convención cultural ha podido intervenir en su diseño; si sus formas y colores tienen un orígen puramente arbitrario, fruto del capricho de algún ignorado diseñador o si, por el contrario, obedecen a alguna motivación objetiva y determinable.
Pretendo, con ello, determinar si las "reglas de juego" de su manejo se reducen a las convenciones del mero aprendizaje cuando vamos a una escuela de conducción o si existe un código subyacente de orígen inconsciente que nos guía en la interpretación de los signos.
EL REPERTORIO DE SIGNOS
Al acudir, en un principio, a un texto legal (el Código de la Circulación) para una primera enumeración del repertorio, advertimos la enorme heterogeneidad de los medios empleados (los canales) para la transmisión de la información. Vemos que existen canales tan inesperados como el medio táctil: las tachuelas empotradas en el pavimento que, situadas a la entrada de algunas poblaciones nos advierten con sus sacudidas de la existencia de un límite de velocidad; el medio acústico: el silbato de los agentes o el cláxon de otros vehículos para anunciarnos su presencia y, por último, y más importante para nuestro estudio: el medio visual: las señales.
Aún en este canal hemos de distinguir otra división: (1) la información que se nos transmite con gasto de energía: lo que los expertos en información como Arnheim o Escarpit denominan "variación de la entropía energética" como los semáforos o las señales manuales de los agentes y (2) la información que se transmite únicamente con "variación de la entropía informativa": las señales fijas.
Si tenemos en cuenta el factor tiempo como costituyente del mensaje, tenemos signos que, al ser emitidos, comportan recepción inmediata (como la señal de un agente a un conductor concreto) o diferida (como la percepción de una señal vertical colocada una decena de años antes para un posible receptor).
Hay, aún, un amplísimo repertorio de signos no descritos en la normativa legal pero que influyen de una manera determinante en la circulación:
a) visuales: La mirada de otro conductor que nos alerta de sus intenciones, la disminución de velocidad del vehículo que va delante, etc.)
Pero todo ésto será materia de desarrollo más detallado en una futura tesis así que pasaré al examen de los signos visuales procurando ser muy explícito en el proceso de razonamiento.
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Lo primero que llama la atención en las señales de tráfico es la variedad de sus formas: triangulares, circulares, cuadradas, rectangulares, octogonales, etc. Luego nos lo explicamos al averiguar que a cada forma le corresponde un campo de significados: Las triangulares se asocian con el concepto de peligro...las cuadradas informan...etc. Ante esta delimitación por campos la primera pregunta que deberíamos formularnos es si esta asignación de formas y colores responde a una elección puramente arbitraria o si responde a alguna motivación que podamos explicar.
Consultados los archivos históricos de la Dirección General de Tráfico y la jurisprudencia comparada de algún país europeo aparece únicamente la secuencia temporal de aparición de las distintas señales pero ninguna referencia al método seguido para su elaboración. La Señalética no existía todavía como disciplina formal a finales del siglo pasado. Por tanto, el método de trabajo que me parece más idóneo en este caso es partir de una hipótesis predeterminada e intentar confirmarla.
LAS FORMAS DE LAS SEÑALES SON ARBITRARIAS; SIN EMBARGO, LOS ENCARGADOS DE DISEÑARLAS ESTÁN INFLUÍDOS INCONSCIENTEMENTE POR CÓDIGOS CULTURALES O DE OTRO TIPO.
Francisco Mercader
Clot BBS 2:343/129 |