[Mercader decía....]
Parece que un elefante o un gran simio, ante un congénere muerto lo único que puede hacer es quedarse desconcertado o asustado. La venganza es un complejo proceso, exclusivamente humano...
[Ramon]
Luego nos das la razón, hay una importente diferencia entre el hombre y el resto de los animales...
[Mercader]
Creo que sólo cuantitativa. También la hay entre un ofiuroideo y un chimpancé. Lo que estoy intentando decir hace un millón de mensajes es que la diferencia entre animales (incluído el ser humano) es gradual y contínua; no discreta. El hecho de que el salto entre el ser humano y su pariente más cercano aparezca más grande que entre éste último y los demás bichos es una feliz casualidad que nos permite estar escribiendo ahora sobre ello, por ejemplo. Pero no hay que mitificarla.
[Mercader decía...]
Existe un curioso mito sobre el "orden" de la Naturaleza y su presunto equilibrio. Hay especies que son más violentas de lo conveniente, sin que yo pueda encontrar explicación (a ver si algún zoólogo me lo explica) ¿Por qué los machos de morsa, por ejemplo, se pasan la vida peleando entre sí, aplastando de paso a las crías que pululan por alrededor,
[Ramón]
> Yo no soy zoólogo, ni he comprobado personalmente lo que cuentas de las morsas, pero sí sé algo del comportamiento de los animales en general y me parece que lo que explicas encaja mejor en un coportamiento favorecido por la selección porque probablemente elimina machos y cachorros que no son hijos suyos, favoreciendo indirectamente la propagación de sus genes.
[Mercader]
No te preocupes: Yo soy un simple aficionado de los de documental de la Tele, que seguramente están todos sesgados y amañados según la ideología de cada guionista. Lo de eliminar cachorros que no sean hijos suyos parece algo más propio de los leones, por ejemplo, y no es de aplicación aquí, ya que los aplastamientos entre las morsas se producen por mera estupidez en las inútiles peleas, y no por un acto voluntario.
[Ramón]
En cuanto a lo de la agresividad, el asunto es complejo, entre otras cosas porque no hemos llegado a un acuerdo sobre qué diablos es eso de la agresividad. Pero si hacemos una aproximación diciendo que sería el uso de la fuerza o la violencia en contra de otros seres vivos para conseguir un beneficio propio, estaría muy relacionado con la respuesta de ansiedad.
[Mercader]
Estaría de acuerdo con esa definición de la agresividad, salvo en lo de "para conseguir un beneficio propio" lo que comportaría una previa reflexión sobre las consecuencias de nuestra actuación. Yo me refería en este caso a esa agresividad inútil, improductiva que, muchas veces, se vuelve en contra del que la ejerce. Y sí: Podría estar motivada por un grado patológico de ansiedad pero también por una necesidad simple de asegurar el propio status o como consecuencia de vivencias anteriores, mal comprendidas y peor resueltas.
[Mercader decía...]
En cuanto a las personas, Desmond Morris, tan ridiculizado en esta corrala, propone que somos una especie 'diseñada' originalmente para vivir en grupitos....
[Ramón]
La hipótesis puede tener algo de verdad, sobre todo si le quitas lo de "diseñado";
[Mercader]
Jolin; no pasáis una. Sólo era una licencia literaria. Sale un tío hablando de relojeros ciegos y le permitís la metáfora sin decir ni pio.
[Ramón]
efectivamente los grupos de cazadores-recolectores, antes de que la "sociedad cultural" se hiciera preeminente, estaba formada por pequeños grupos de individuos, probablemente no más de 100 más que temporalmente. En este caso sería la cultura la que nos ha hecho unirnos en grupos más grandes para los que no estaríamos evolutivamente preparados. Pero de ahí a decir que "aflora inútilmente la violencia que tanta falta nos hacía" va un abismo. Es más fácil explicarlo como reacciones patológicas ante una situación para la que no se está preparado.
[Mercader]
A ver: Metéos mentalmente en situación: Una panda de homínidos recién bajados del arbol, rodeados de predadores (felinos, seguramente) y rodeados de algunas otras bandas de otros homínidos, compitiendo todos por una escasa comida. Decidme si no favorecería la supervivencia un carácter más bien hosco, desconfiado de la propia sombra y presto a partirle la cabeza a cualquier cosa que se mueva cerca, por si te come o si te quita la comida. No creo que nuestros antepasados cercanos se parecieran, en el carácter, a los pacíficos bonobos o a los orangutanes. Se parecerían, creo yo, a los mandriles, siempre enseñando los dientes con la menor excusa.
Saludos.