de: Francisco Mercader Rubio <mercader@ctv.es>

Asunto: Re: patriotismo
Fecha: miércoles, 24 de marzo de 1999 22:08

[Alguien decía...]
> 1. ¿QUE ES El PATRIOTISMO?
> El patriotismo se nos presenta inicialmente como un debitum, es decir como un deber, como una obligación con que la justicia nos interpela con > respecto a la Patria, por lo mucho que la Patria nos ha dado, porque la Patria es la depositaria del bien común. El patriotismo como lealtad exigida parece obvio, porque la Patria, como dice San Agustín en «De libero arbitrio» (XV, 32), debe ser considerada- «como una verdadera madre».

[Mercader]
Cada día me asombra más la especie humana. Con esto se demuestra otra vez que una mente globalmente bien organizada, con un discurso más o menos coherente, con una expresión correcta, sin faltas de ortografía, manejando datos en cantidad suficiente, citando a pensadores, pueda padecer el error de estar apuntando en dirección equivocada, con lo que se malogra todo el resultado de su esfuerzo. El discurso que he leído me produce la impresión de ver a un conductor que circulase en un coche sin ventanillas laterales y con el parabrisas sustituído por un pequeño agujero en el frente.

Veamos. El Patriotismo no es más que la versión, elaborada y sofisticada, de uno de los instintos que hemos heredado de nuestros primos, de los que descendemos por Evolución y selección natural: El instinto de territorialidad.

Como es uno de los cuatro o cinco instintos básicos (reproducción, territorio, agresión, sociabilidad, etc), no sólo lo vamos a encontrar en los primates más cercanos. Existe en todos los metazoos a partir de los cordados (artrópodos, peces, etc).

Tiene como finalidad defender la porción de territorio cercana al propio cuerpo. De esta manera se garantiza la existencia del ámbito de caza y se establece la adecuada distancia de seguridad para la propia supervivencia y la de las crias, en su caso.

Es un instinto que ha servido eficazmente durante los larguísimos millones de años en que la selección natural lo ha ido ajustando y adaptando a los diversos ambientes.

Pero la cultura humana, tal como ahora la estudiamos es un salto cualitativo demasiado reciente: Los primeros asentamientos parecidos a lo que hoy llamaríamos ciudades parecen contar con unos pocos miles de años. Probablemente, menos de treinta mil años según los paleosociólogos. Demasiado poco para que la selección haya podido ajustarse a las nuevas necesidades sociales. De ahí que persistan en muchos humanos las tentaciones de agruparse e identificarse bajo camisetas de determinado equipo de fútbol o bajo determinada bandera.

Ahora bien: lo que, en la conducta animal era un instinto medido (ningún ser vivo "muere por la Patria"; escapa razonablemente antes), en el ser humano se ha pretendido convertir (por las capas sociales interesadas) en una aberración asombrosa: Con letreros en las puertas de los cuarteles de "Todo por la Patria" se ha pretendido inculcar la idea del sacrificio en pobres reclutas sin demasiadas herramientas críticas para interpretar el engaño.

Habría que sustituir la tendencia a asociarse en contra de otros, por una actitud global de cooperación o de diálogo sin fronteras, banderas, colores o símbolos cualesquiera.

Desengañémonos: tiene el mismo origen biológico querer ser del Atletic o enorgullecerse de ser vasco, o español o catalán o de Villabollullos y querer defenderlo a botellazos.... o a tiros.

Pero lo que nunca dejará de asombrarme es que alguien quiera buscar un fundamento trascendental a algo que no deja de ser un evidente indicio de inmadurez humana, por muchas citas sesudas que se nos pretendan enseñar.

Hay quien quiere -a lo mejor, sin saberlo, porque lo confunde con ese "Amor teándrico"- hacer revivir esa violencia entre humanos, a veces entre líneas, a veces explícita, que aparece en cada renglón de esa monumental muestra de intolerancia que es el Antiguo Testamento.
Venga, lee algo útil, amigo

Origen: Francisco Mercader Fidonet BBS 2:343/140
Barcelona. Spain