De: owner-escepticos@dis.ulpgc.es en nombre de Francisco Mercader Rubio [fmercader@arrakis.es]Enviado: jueves, 02 de julio de 1998 19:08

Asunto: [escepticos] Revolucion en paleontologia

[Hernán Toro]
parece que en este momento, según el artículo, el grueso delos expertos están apoyando la teoría de que se despegó desde tierra y no desde las ramas. Claro que eso no importa mucho.

[Ernesto]
Algo importa. Pero el problema es que estos autores interpretan todos los fósiles de terópodos como de animales corredores del suelo. Los interpretan así, porque esa es la idea que tienen de lo que debe ser un terópodo, pero realmente no hay evidencia fósil en contra de la hipótesis de que algunos terópodos pudieran trepar por los árboles. El vuelo desde los árboles es fácil de evolucionar, el vuelo desde el suelo tiene evidentes dificultades (energéticas).

[Hernan Toro]
>Por otro lado, ahora voy yo y me paso a tu bando. Le estoy dando vueltas a la hipótesis del vuelo "desde el suelo". Las >"alas" pudieron surgir como preadaptaciones con una utilidad >diferente al vuelo (adorno, cortejo, lucha ritual, "escudo", manta para >los huevos (una hipótesis que cobra fuerza), protección para los polluelos etc).

>Ahora imaginemos comportamientos rituales consistentes en sacudidas con las alas, exhibiciones de saltos, etc... sigue siendo difícil llegar así a volar sin subirse a un arbol, pero en fin.

[Mercader]
Permitidme meter baza. Adonde no llego con mis conocimientos en zoología, puedo llegar con mi intuición mecánica. Lo de despegar desde el suelo sigue teniendo, para mí, suficientes dificultades en cuanto a consumo energético (como dice Ernesto) y condiciones de relación peso-potencia para que se me haga muy cuesta arriba suponer que alguna especie haya inaugurado el vuelo de esa forma.

No hay más que recordar la historia de la aviación y cómo los precursores de los hermanos Wright fracasaban una y otra vez dándose espectaculares castañazos por no haber tenido en cuenta el rendimiento de la planta motriz de sus chismes. Por eso, no fué posible el vuelo hasta que abandonaron la idea del despegue "a las bravas" hacia arriba y pasaron a la idea de la carrera horizontal a suficiente velocidad para que su artefacto fuese elevado hacia arriba, en plan cometa. Eso sí era posible con la tecnología humana del momento. Ni Leonardo de Vinci, con todo su genio, pudo con el problema. Tuvo que venir Lilienthal, con su ala protodelta para conseguirlo, tirándose desde lo alto.

Para despegar hacia arriba hubo que esperar a que la técnica hiciese posible el helicóptero, máquina que bordea el milagro porque está justo en el límite de lo posible. Me cuesta imaginar que un organismo viviente pudiera pasar directamente a esa fase, si no es que hubiese pasado antes por todas las anteriores (planeo, etc).

Volviendo a la zoología, me llama la atención el hecho de que varias especies, en cuanto han podido, han pasado a la fase de estar volando todo el rato posible (albatros, cóndores, etc) evitando cuanto pueden el hecho de aterrizar y despegar, con su enorme consumo de energía.

Otro detalle está en esas especies (aviones, golondrinas y vencejos por un lado, murciélagos por el otro) que se han especializado en despegar siempre hacia abajo, evitando aterrizar hasta el punto de que se verían en gravísimas dificultades para despegar desde el suelo (el vencejo, no puede, en absoluto).

Apostaría a que no son aves que han perdido la facultad de despegar por alguna adaptación debida al tamaño desmesurado de sus alas. Pudiera ser que sus antecesores jamás hayan despegado desde el suelo y tengamos delante al eslabón perdido con los dinosaurios voladores. (y a los murciélagos, relacionados con alguna especie de antiguo mamífero planeador al estilo de la moderna ardilla voladora).

A ver, esos zoólogos: Que nos ilustren acerca de con qué ave está emparentado el vencejo.

Se me puede argüir que hay infinidad de aves que aterrizan y despegan constantemente, sin la menor dificultad. Pero eso se da, mayormente, en aves de pequeño tamaño, con una determinada relación entre peso, volumen aparente, superficie alar y suficiente voracidad para estar SIEMPRE, SIEMPRE, comiendo. Yo no recuerdo haber visto nunca a un gorrión haciendo vida contemplativa, como hacen las vacas. Sus necesidades energéticas deben de ser tales que les provoca un hambre constante.

Yo insisto en que, en contra de esas opiniones de expertos, partidarios del vuelo desde el suelo (los expertos me causan poco respeto cuando se ponen a pensar por su cuenta) tenemos, delante de nosotros, ejemplos vivientes de cómo se genera el vuelo en casi todos los grados. Ver a una ardilla voladora cómo utiliza su cola como contrapeso o balancín para ajustar su posición durante el planeo, debería hacernos pensar que estamos viendo a un protovolador descarado.

Saludos desde un séptimo piso.