De: owner-escepticos@dis.ulpgc.es en nombre de Francisco Mercader Rubio

[fmercader@arrakis.es]Enviado: viernes, 07 de agosto de 1998 20:30

Para: escepticos@CCDIS.dis.ulpgc.es; escepticos@CCDIS.dis.ulpgc.es

Asunto: [escepticos] Instintos, tabu y religiones

[Mercader decía:]
> > lo que yo creo que apareció, en realidad, no era el Estado sino la configuración administrativa del mismo,

[Blume]
>Pero ¿acaso no son éstos criterios por los que identificamos la presencia de un estado? No acabo de entender la diferencia entre "configuración administrativa [del estado]" y el estado mismo. ¿No es éste una determinada "configuración administratriva"? 

[Mercader]
Es que me ha parecido que aquí se discutía la aparición del Estado como concepto, como si hubiese otras alternativas y alguien hubiese decidido la implantación del Estado. 

[Blume]
> Pero eso no quiere decir que todos esos niveles de organización sean un reflejo genético, o que no existan "saltos" cualitativos entre ellos. El líder de una horda no es lo mismo que el rey de un estado o el jefe de una tribu. Cada uno de ellos está inserto en un tramado de relaciones de fuerzas --si se me permite la expresión-- muy diferente y, además, cuenta con recursos técnicos (digamos, con una tecnología de poder) muy distinta. No es lo mismo ejercer el liderato en una horda a hostia limpia que gobernar un reino con un ejército armado con armas de hierro y un cuerpo de funcionarios.

>Aquí, más iluminador que hablar de instintos, es hacerlo de estructuras y técnicas.

[Mercader]
Bueno. Será que, desde el principio, estábamos hablando de cosas distintas. Mi léxico no es muy técnico y he podido confundirme. Yo hablaba del Estado como una configuración inevitable en toda agrupación humana de cualquier tamaño, basada en relaciones de fuerzas en la que unos quieren mandar y otros se conforman, en la que unos se empeñan en organizar y otros se alegran de que se les organice la vida, en la que unos y otros, se avienen a acordar un orden que puede tener muchos grados, desde el mero apretón de manos hasta la redacción de una Constitución..

[Mercader decía...]
>>Su formato está íntimamente unido a las>> características de la especie, lo queráis o no.

[Blume]
>Bien ¿en qué "características [biológicas] de la especie">encuentras la base de instituciones como el tabú del incesto, el matrimonio (que es la otra cara de la mismo)o la religión? Por ejemplo, ¿por qué el incesto es una prohibición universal? >¿Por qué el neolítico ha creado estados en áreas geográficas distintas? ¿por qué en todos los estados surge una castasacerdotal? ¿por qué todos los pueblos tienen mitos? Pero esono creo que quiera decir que en todas estas situaciones determinados caractéres genéticos se manifiesten. Universal no quiere decir natural. Más bien, significa que determinadas estrategias culturales han sido las únicas capaces de convertirse en dominantes bajo determinadas situaciones.

[Mercader]
Bueno: Para el tabú del incesto no tengo explicación biológica directa. Sólo una explicación cultural, pero basada en un hecho indirectamente biológico, que también ocurre en algunas especies de animales. Si yo crezco junto a mi hermana, viéndola día y noche, conociendo hasta el más mínimo de sus detalles, lo más fácil es que nunca la vea como "mujer", como "hembra". Falta el ingrediente del misterio, de lo inesperado, de lo nuevo, que -por si no lo recordabas- es, para el género masculino, un buen ingrediente a la hora de buscar mozas con las que retozar. Si no hubiese una barrera biológica, el tal tabú se saltaría con mucha frecuencia, como cualquier prohibición. Y esto debe de pasar en cualquier cultura. No es como el tabú del cerdo, que sólo aparece necesariamente en determinadas circunstancias y para un determinado lugar.

Así que ello debió de hacer pensar a los que redactan reglas para todo. Pensaron que, por alguna razón, debían codificarlo. Con el tabú del matrimonio, supongo que te refieres a la fidelidad ¿no? Ya me lo aclararás. Respecto a la Religión, yo lo veo de lo más fácil. Ya he explicado por aquí (no sé si estabas leyendo) que, observando a mis congéneres, no puedo por menos de ver cómo, muchos de ellos, no viven a gusto sin alguna referencia del lugar que ocupan en la escala jerárquica. Y lo más divertido es que no todos ellos necesitan estar arriba. Veo a muchos de mis compañeros funcionarios, disfrutar doblando sus lomos en ángulo recto cuando viene el Director General a pasearse por el Organismo, o a punto de descoyuntar su mandíbula cuando el Jefe cuenta un chiste sin gracia. Me recuerdan a mi perro observando con la mayor atención el menor de mis gestos (la diferencia es que mi perro, si hablase, no tendría el menor inconveniente en confesar que es un pelotillero)...Todo esto debe de responder, sin duda, al ejercicio de una necesidad cuya máxima expresión está en la observancia de una Religión;cualquiera vale. ¿Qué mejor que un Jefe sabelotodo, que está en todas partes, que es bueno si quiere y si no, no? Inventar una religión es algo demasiado abstracto para el ciudadano de a pie, pero apuntarse a una que algún avispado haya inventado antes, es demasiado atractivo porque responde exactamente a lo que el instinto de sumisión, demanda. El hecho de que haya multiplicidad de religiones variopintas no hace más que avalar este argumento: Da igual lo que inventes, por ridículo que parezca. los crédulos se abalanzarán a apuntarse como locos. Si, encima, añades el valor añadido de la pervivencia, sea viendo a Dios tocando el arpa, rodeado de huríes o en reencarnación, te arrebatarán las entradas de las manos.

Saludos.