escepticos@dis.ulpgc.es en nombre de Francisco Mercader Rubio [fmercader@arrakis.es]Enviado: martes, 07 de julio de 1998 23:49

Asunto: [escepticos] Ecología y "humor"

[Manuel Borraz Aymerich]
Y al hilo de este asunto, aprovecho la ocasión, para dar un toque de atención sobre el poder del chiste, del sarcasmo, de la parodia. Somos bastante conscientes de la facilidad con que el pensamiento se ve atrapado en falacias y anclado en creencias. ¿Pero no es impresionante la capacidad de distorsión que tiene, por ejemplo, la imitación paródica de un personaje? ¿Cuántos personajes (individuales o colectivos) no acaban siendo, en la mente de muchos, una especie de estereotipo ridículo sin ninguna relación con la realidad? ¿Por qué cuesta tanto pensar en determinados políticos o famosos, por ejemplo, sin que nos venga a la cabeza tal o cual chiste (algunos se lo han ganado a pulso, pero eso es otro asunto)? Me imagino que, si esto es así, es porque nuestro cerebro favorece en general este tipo de simplificaciones (el manejo de estereotipos puede ser ventajoso hasta cierto punto para enfrentarse a algunas situaciones). En el caso de los estereotipos sarcásticos, quizás puede haber además contrapartidas emocionales (otorgar superioridad a quien lo aplica, etc

[Mercader]
Para mí está claro que uno de los recursos de la supervivencia es la simplificación de los datos ingresados en función de esquemas previamente organizados. No podríamos ni andar si tuviésemos que ir decidiendo, paso a paso, si queremos -o debemos- dar el paso siguiente; Así que abandonamos las tareas a subsistemas más o menos automáticos. La asignación de caras de personajes a estereotipos previos es debido, sin ninguna duda, a un mecanismo parecido, que debió de tener su utilidad cuando todavía estábamos subidos a los árboles. El reconocimiento de una cara en función de si era hostil o amigable, debía de ser tan importante que pudo desarrollarse la habilidad de almacenar, de forma subjetiva, ciertos patrones fisonómicos en alguna base de datos para evitarse sustos futuros. Añádase a esto una predisposición previa -en contra- y ya tenemos al simpático Sr. Toharia (No se lo digais, pero a mí también me parece que tiene cara de chiste) almacenado en la base de datos de algún malintencionado, en el cajón de víctimas propiciatorias.

[Manuel Borraz]
Por descontado que, en algunos casos, el estereotipo paródico está lejos de ser una broma inocente y puede ser fomentado muy interesadamente ¿Alguien conoce algún estudio de psicología social sobre esta cara perversa del humor?

[Mercader]
Yo no creo que sea posible un estudio fiable sobre una materia tan subjetiva como ésta, aparte de la opinión personal de cada uno de nosotros.

Saludos.