De: owner-escepticos@dis.ulpgc.es en nombre de Francisco Mercader Rubio

[mercader@ctv.es]Enviado: martes, 28 de abril de 1998 17:55

Para: escepticos@CCDIS.dis.ulpgc.es; escepticos@CCDIS.dis.ulpgc.es

Asunto: [escepticos] ¿Creyentes tontos? 

[Ernesto]
>Siempre me ha sorprendido cómo las personas terriblemente crédulas se >desenvuelven de manera perfectamente normal en la sociedad, ya sea en el trabajo, en las relaciones sociales, etc. En los aspectos cotidianos de la vida, sus decisiones y actuaciones son tan racionales como puedan serlo las de un escéptico de pata negra. Su irracionalidad sólo se manifiesta en las conversaciones sobre ciertos temas, o en su tiempo libre (teniendo como >hobbies las lecturas y los pasatiempos que suponéis: cursillos de >bioenergética, sesiones de ouija, etc.). >Esto fue un misterio para mi. Cuando descubrí la alucinante irracionalidad >que ciertas personas adultas de mi alrededor eran capaces de ejercitar, >llegué a pensar que eso debía de ser un "defecto", una traba para los >aspectos fundamentales de la vida.  

[Mercader]
A mí me llamó siempre la atención que crédulos eminentes como Platón,Kant o los "Padres de la Iglesia" manejasen poderosas herramientas mentales capaces de inspirar escuelas filosóficas cuyo discurso podía yo seguir sólo con muchísimo esfuerzo. La verdad es que, a pesar de que el argumento central me pareciese una solemne tontería, la estructura de la exposición era tan brillante que me hacía envidiar su claridad de pensamiento. La explicación que yo encontraba es que la inteligencia es un concepto multiforme difícil de describir de un plumazo y que, posiblemente, estos personajes estaban dotados de un formidable potencial para el manejo de conceptos y que sólo les faltaba la habilidad para apuntar en la dirección correcta. También pensé que, siendo el Pensamiento un producto virtual del funcionamiento de un dispositivo físico como es el cerebro humano y ya que este dispositivo está lejos de estar homegeneizado y homologado, a lo mejor lo que llamamos Lógica no era más que el resultado estadístico del funcionamiento de muchos cerebros.

En resumen: La lógica de estos caballeros podía estar "ligeramente" desviada de la que yo manejaba siendo las dos igualmente respetables y legítimas (confieso que estos pensamientos datan de mis dieciocho años más o menos; ahora creo más en una Lógica absoluta).

[Ernesto]
>Yo soy escéptico y ateo, pero estoy convencido de que unos pequeños cambios en mi historia personal hubieran hecho de mi un crédulo perdido. >En cierto momento de mi vida creía que era posible doblar objetos con >la mente:

[Mercader]
Eso no es nada. A los diez u once años me mojé la lengua con agua bendita para intentar combatir una incipiente tartamudez. Ahora que lo pienso, el amarillento contenido de la pila aquella debió de ser la causa de una gastroenteritis que me libró de ir al colegio durante casi un curso entero ¡MILAGRO! ¡ALELUYA!

También yo creo que, siendo el cerebro una estructura física, el mínimo cambio de tal conexión neuronal o de tal diferencia en la disposición de los datos debe de ser determinante para tomar ésta o aquella dirección en nuestras decisiones. Estoy seguro de que la posición de una sola molécula podría determinar si uno es un escéptico o un creyente. No es que yo no crea que la cultura es importante para crear y modificar criterios personales: Pero una cierta disposición previa debe de tener su importancia, digo yo. 

[Ernesto]
>Por todo esto, para mí la afirmación de que los creyentes son menos >inteligentes que los ateos, no es que sea "extraordinaria", pero en >ausencia de pruebas no me la trago. 

[Mercader]
Amén.